Los calçots son uno de los productos de la tierra más distinguidos de la gastronomía catalana. Cuando comienza el frío y se acerca el mes de noviembre, campesinos, restauradores y visitantes están ansiosos por que se inicie la temporada de calçotadas. Por Valls y el Alt Camp, la temporada de calçotades representa la verdadera temporada turística del año.
Calçotades y calçots se hacen por todas partes, pero la cuna de la auténtica calçotada está en Valls, la ciudad origen de los calçots. Con la llegada del frío, esta cebolla dulce y deliciosa toma protagonismo. De noviembre a marzo, la ciudad del Alt Camp se impregna de olor y humo dulce. Los restaurantes de la zona ya ofrecen calçotades a sus clientes, una comida que cuenta con todo un ritual: los baberos, los calçots bien cocidos, la salsa al punto, la carne de cordero y butifarra a la brasa, beber el vino en porrón, comer naranjas de postre… y el ingrediente más importante: ganas de pasarlo bien, en familia o amigos. La calçotada, más que un almuerzo, es la excusa perfecta para reunirse, reírse y disfrutar de un día en buena compañía.
El calçot de Valls cuenta con una IGP, Indicación Geográfica Protegida, y se produce en las comarcas del Alt y Baix Camp, el Tarragonès y el Baix Penedès. Para esta temporada, la IGP se muestra optimista y prevé poner a la venta 20 millones de calçots etiquetados. Después de dos malas campañas debido a las restricciones por la Covid, los campesinos se muestran esperanzados y esperan que el consumo de calçots aumente. A esta cifra hay que sumarle los calçots que cultivan el resto de productores de la zona, que no se encuentran inscritos en la IGP, por lo que se pueden llegar a superar los 60 millones de cebollas.
Las calçotadas se han convertido en un fenómeno económico, turístico, cultural y social.
La calçotada es una tradición catalana y familiar, pero su popularidad le ha hecho traspasar fronteras y por ahora tiene adeptos por todas partes, sobre todo en el Estado Español y las Islas Baleares, pero también en Francia, Londres y Bruselas. Con los años, campesinos, restauradores, carnicerías, hornos y pastelerías han sabido sacar provecho de esta tradición convirtiéndola en todo un negocio, reactivando el comercio local y las visitas guiadas de Valls y Comarca. Las previsiones dicen que, durante esta temporada las calçotadas dejarán más de 12 millones de euros en la zona, si contamos con la producción de calçots, el negocio en los restaurantes y el gasto que harán los visitantes de fuera. Se prevé que esta temporada unas 300.000 personas degusten su calçotada.
La Fiesta de la Calçotada marca la temporada llena de calçotades.
Una de las fiestas que mueve a más gente en la capital del Alt Camp es la Gran Fiesta de la Calçotada, que se celebra el último domingo de mes. Este año se adelanta ocho días y se celebrará el 23 de enero de 2022, para evitar la coincidencia con las Fiestas Decenales de la Virgen de la Candela, programadas entre el 28 de enero y el 6 de febrero.
Salsas Fruits S&P será un año más el patrocinador oficial de la Fiesta de la Calçotada.